Meditación sobre un ojo
Llamó mi atención la fotografía de Zomby en la edición de octubre de Wire. Un enorme ojo a la Residents cubre la sesera de este músico perdido en el bosque. ¿Qué pasaría si la evolución de la vista llevara a que en el año 2412 el ser humano tuviera un solo ojo? ¿De qué manera cambiaría la manera en que gozamos el paso perenne de las damas? En principio, quedaría anulada la efectividad poética del capítulo siete de Rayuela; tampoco habría modo de concentrar el ojo derecho en el cigarro y el izquierdo en un tren que se aleja*. No más guiños coquetos ni miradas amenazantes de Polifemo, pero sí llantos kilométricos.
¿Serán las lágrimas la solución a la escasez del agua?
(*): para 2412 los trenes habrán sustituido a los aviones como medio de transporte aéreo.
Maestro Limbo 
Y me pregunto: quedariamos ciegos cuando una nena nos pique los ojos?, gran dilema.
Habría que ser mucho más cuidadosos. ¿Cómo se cambiaría la penalización por mirada lasciva? ¿En el país de los cíclopes el ciego es rey?
Si me hubieran pedido decir las primeras ideas que me vengan a la cabeza al ver la imagen hubiera dicho: Radiohead, Silent hill y dólar.
En lo personal prefiero las cosas pares. Dos manos, dos ojos, dos orejas, dos nalgas, dos senos. ¿Sería demasiado abusivo pedir dos genitales?
¿Dos vergas? Si están debidamente separadas, podrían funcionar.